Los nuevos descubrimientos tienen dificultades con las viejas definiciones. Toma, por ejemplo, el concepto de mundo habitable.
La definición estándar de “mundo habitable” es un mundo con agua líquida en su superficie; la “zona habitable” alrededor de una estrella está definida como la región Ricitos de Oro – no demasiado caliente, ni demasiado fría – donde puede existir un planeta o luna acuosa.
Y aquí llega Titán. La luna gigante de Saturno está tan lejos de la definición de habitable como puede estarse. La temperatura en su superficie oscila alrededor de los 94 Kelvin (menos 179 C). A esta temperatura, el agua es una roca tan dura como el granito.
Y aún así muchos científicos creen ahora que la vida puede encontrar una forma de sobrevivir en Titán. El agua puede que esté congelada en su estado sólido, pero el metano y el etano son líquidos. En los últimos años, los instrumentos de la nave Cassini de la NASA y las imágenes tomadas por la sonda Huygens de la ESA han revelado un mundo asombroso con un ciclo líquido completo, similar al ciclo hidrológico de la Tierra, pero basado en el metano en lugar de en el agua.
“Lo que Cassini encontró realmente en Titán, desde 2004 en adelante, fue un ciclo de metano-etano que recuerda mucho al tipo de ciclo hidrológico que vemos en la Tierra”, dice Jonathan Lunine, actualmente en la Universidad de Roma Tor Vergata aunque de permiso desde la Universidad de Arizona. Cassini ha revelado ríos y lagos de metano-etano, los lagos evaporándose para formar nubes, las nubes dejando caer hidrocarburos en la superficie, que fluyen por los ríos y se acumulan en los lagos. Es el único mundo de nuestro Sistema Solar, aparte de la Tierra, donde tiene lugar un ciclo líquido como éste. Simplemente, sin agua.
Pero hay gran cantidad de hidrocarburos. El metano y el etano son las moléculas de hidrocarburos más simples. Por sí mismas, son de un interés biológico limitado. Pero los hidrocarburos son versátiles: pueden ensamblarse en estructuras fantásticamente complejas. Es más, los hidrocarburos complejos forman la base de lo que llamamos vida. Por lo que tenemos que preguntarnos: ¿la química de hidrocarburos de Titán cruzó el umbral de la materia inanimada a alguna forma de vida?
Una cosa es segura: si hay vida en Titán, no es vida como la conocemos. No hay forma de que la vida terrestre pudiese haberse originado o sobrevivido en Titán. “El ADN y el ARN”, dice Lunine, “se forman a partir de compuestos que requieren oxígeno y fósforo, y hay muy poco oxígeno en el sistema de Titán”. Y la propia estructura del ADN depende del agua líquida. “El ADN forma una hélice debido a sus extremos hidrófilo e hidrófobo”. Por lo que la vida en Titán “tendría que encontrar otras moléculas que transporten información”. Además, debido a que Titán es tan frío, la cantidad de energía disponible para formar estructuras bioquímicas complejas es limitada. Pero como señala Lunine, eso no es necesariamente un obstáculo. “No tenemos mucha experiencia con la química que puede tener lugar a esas temperaturas”. No sabemos qué es posible.
Las posibilidades de descubrir una forma de vida con una base química diferente a la de la Tierra ha llevado a algunos investigadores a considerar a Titán el mundo más importante en el que buscar vida extraterrestre. En un reciente artículo en la revista Astrobiology, Robert Shapiro, profesor de química en la Universidad de Nueva York, y Dirk Shulze-Makuch de la Universidad Estatal de Washington consideraron a Titán como el objetivo de mayor prioridad para la investigación, por encima de Marte.
En Marte; en Europa, la luna de Júpiter; así como en Encelado, la luna de Saturno, se han centrado los esfuerzos de búsqueda de vida basada en el agua. Pero tal vida, incluso si se encuentra, podría haber compartido un origen común con la Tierra, iniciándose en un mundo y siendo transferida mediante meteoritos al resto. No así en Titán. Si hay vida en Titán, surgió aparte de la terrestre.
No todo el mundo concuerda en que Titán es la prioridad, no obstante. NASA y ESA dieron recientemente luz verde a una misión al sistema de Júpiter que explorará Europa, como la siguiente misión abanderada al Sistema Solar exterior. Pueden pasar décadas antes de que otra gran misión vuele a Saturno y Titán.
Pero podría lanzarse un aterrizador de menor escala y más barato, conocido como el Explorador de Mares de Titán (TiME), apenas en 2015, llegando en 2022 ó 2023. Ellen Stofan de Proxemy Research en Rectortown, Virginia, investigadora principal de la misión TiME, describe el aterrizador como una cápsula en forma de boya que se zambulliría en uno de los largos del norte de Titán, y flotaría durante un mínimo de dos días de Titán (dieciséis días terrestres).
“Tenemos un número de instrumentos a bordo. El más importante desde un punto de vista puramente científico es un espectrómetro de masas”, dice Stofan. “Básicamente tomaremos un sorbo de los líquidos [del lago], varias veces, y los analizaremos para establecer realmente su composición química. Sabemos que hay metano, sabemos que hay etano”, pero el inventario de TiME podría incluir también más compuestos orgánicos complejos (hidrocarburos).
Si hay vida en Titán, puede ser difícil de detectar. “No espero que se vaya a esos lagos y se encuentren maravillosas estructuras filamentarias hechas de células que tienen tamaños macroscópicos o son fácilmente visibles”, dice Lunine, que es co-investigador de la propuesta misión TiME. Las pistas pueden ser sutiles. “Podríamos tener que buscar peculiaridades concretas en la composición, hidrocarburos que faltan y que deberían estar ahí, y otros que son más abundantes” de lo esperado.
Nadie sabe “qué pasa con la química orgánica en el entorno [de Titán]”, añade Lunine. “¿Lleva a un tipo de química que podemos llamar vida, pero que funciona con hidrocarburos? No sabemos la respuesta a eso. Pero sin duda, es profunda”. Si la respuesta es sí, significa que el origen de la vida ha tenido lugar más de una vez. “Si la respuesta es sí, entonces nos dice que la vida… debe ser algo común en los procesos planetarios en el cosmos”.
La definición estándar de “mundo habitable” es un mundo con agua líquida en su superficie; la “zona habitable” alrededor de una estrella está definida como la región Ricitos de Oro – no demasiado caliente, ni demasiado fría – donde puede existir un planeta o luna acuosa.
Y aquí llega Titán. La luna gigante de Saturno está tan lejos de la definición de habitable como puede estarse. La temperatura en su superficie oscila alrededor de los 94 Kelvin (menos 179 C). A esta temperatura, el agua es una roca tan dura como el granito.
Y aún así muchos científicos creen ahora que la vida puede encontrar una forma de sobrevivir en Titán. El agua puede que esté congelada en su estado sólido, pero el metano y el etano son líquidos. En los últimos años, los instrumentos de la nave Cassini de la NASA y las imágenes tomadas por la sonda Huygens de la ESA han revelado un mundo asombroso con un ciclo líquido completo, similar al ciclo hidrológico de la Tierra, pero basado en el metano en lugar de en el agua.
“Lo que Cassini encontró realmente en Titán, desde 2004 en adelante, fue un ciclo de metano-etano que recuerda mucho al tipo de ciclo hidrológico que vemos en la Tierra”, dice Jonathan Lunine, actualmente en la Universidad de Roma Tor Vergata aunque de permiso desde la Universidad de Arizona. Cassini ha revelado ríos y lagos de metano-etano, los lagos evaporándose para formar nubes, las nubes dejando caer hidrocarburos en la superficie, que fluyen por los ríos y se acumulan en los lagos. Es el único mundo de nuestro Sistema Solar, aparte de la Tierra, donde tiene lugar un ciclo líquido como éste. Simplemente, sin agua.
Pero hay gran cantidad de hidrocarburos. El metano y el etano son las moléculas de hidrocarburos más simples. Por sí mismas, son de un interés biológico limitado. Pero los hidrocarburos son versátiles: pueden ensamblarse en estructuras fantásticamente complejas. Es más, los hidrocarburos complejos forman la base de lo que llamamos vida. Por lo que tenemos que preguntarnos: ¿la química de hidrocarburos de Titán cruzó el umbral de la materia inanimada a alguna forma de vida?
Una cosa es segura: si hay vida en Titán, no es vida como la conocemos. No hay forma de que la vida terrestre pudiese haberse originado o sobrevivido en Titán. “El ADN y el ARN”, dice Lunine, “se forman a partir de compuestos que requieren oxígeno y fósforo, y hay muy poco oxígeno en el sistema de Titán”. Y la propia estructura del ADN depende del agua líquida. “El ADN forma una hélice debido a sus extremos hidrófilo e hidrófobo”. Por lo que la vida en Titán “tendría que encontrar otras moléculas que transporten información”. Además, debido a que Titán es tan frío, la cantidad de energía disponible para formar estructuras bioquímicas complejas es limitada. Pero como señala Lunine, eso no es necesariamente un obstáculo. “No tenemos mucha experiencia con la química que puede tener lugar a esas temperaturas”. No sabemos qué es posible.
Las posibilidades de descubrir una forma de vida con una base química diferente a la de la Tierra ha llevado a algunos investigadores a considerar a Titán el mundo más importante en el que buscar vida extraterrestre. En un reciente artículo en la revista Astrobiology, Robert Shapiro, profesor de química en la Universidad de Nueva York, y Dirk Shulze-Makuch de la Universidad Estatal de Washington consideraron a Titán como el objetivo de mayor prioridad para la investigación, por encima de Marte.
En Marte; en Europa, la luna de Júpiter; así como en Encelado, la luna de Saturno, se han centrado los esfuerzos de búsqueda de vida basada en el agua. Pero tal vida, incluso si se encuentra, podría haber compartido un origen común con la Tierra, iniciándose en un mundo y siendo transferida mediante meteoritos al resto. No así en Titán. Si hay vida en Titán, surgió aparte de la terrestre.
No todo el mundo concuerda en que Titán es la prioridad, no obstante. NASA y ESA dieron recientemente luz verde a una misión al sistema de Júpiter que explorará Europa, como la siguiente misión abanderada al Sistema Solar exterior. Pueden pasar décadas antes de que otra gran misión vuele a Saturno y Titán.
Pero podría lanzarse un aterrizador de menor escala y más barato, conocido como el Explorador de Mares de Titán (TiME), apenas en 2015, llegando en 2022 ó 2023. Ellen Stofan de Proxemy Research en Rectortown, Virginia, investigadora principal de la misión TiME, describe el aterrizador como una cápsula en forma de boya que se zambulliría en uno de los largos del norte de Titán, y flotaría durante un mínimo de dos días de Titán (dieciséis días terrestres).
“Tenemos un número de instrumentos a bordo. El más importante desde un punto de vista puramente científico es un espectrómetro de masas”, dice Stofan. “Básicamente tomaremos un sorbo de los líquidos [del lago], varias veces, y los analizaremos para establecer realmente su composición química. Sabemos que hay metano, sabemos que hay etano”, pero el inventario de TiME podría incluir también más compuestos orgánicos complejos (hidrocarburos).
Si hay vida en Titán, puede ser difícil de detectar. “No espero que se vaya a esos lagos y se encuentren maravillosas estructuras filamentarias hechas de células que tienen tamaños macroscópicos o son fácilmente visibles”, dice Lunine, que es co-investigador de la propuesta misión TiME. Las pistas pueden ser sutiles. “Podríamos tener que buscar peculiaridades concretas en la composición, hidrocarburos que faltan y que deberían estar ahí, y otros que son más abundantes” de lo esperado.
Nadie sabe “qué pasa con la química orgánica en el entorno [de Titán]”, añade Lunine. “¿Lleva a un tipo de química que podemos llamar vida, pero que funciona con hidrocarburos? No sabemos la respuesta a eso. Pero sin duda, es profunda”. Si la respuesta es sí, significa que el origen de la vida ha tenido lugar más de una vez. “Si la respuesta es sí, entonces nos dice que la vida… debe ser algo común en los procesos planetarios en el cosmos”.
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