lunes, 30 de junio de 2014

Curso SEO online de UNIR


Hoy día es rara la empresa que no tiene presencia en Internet, y muchísimas de ellas además, necesitan estar en los primeros puestos de las búsquedas de los potenciales clientes, por lo que en muchas ocasiones van a necesitar de los servicios, ya sea a nivel de empleado interno en el caso de empresas grandes, o de servicios exteriores, cuando la empresa es mas pequeña, de un especialista en SEO, por lo que estamos hablando de una profesión reliativamente nueva, y con muchas expectativas de futuro.

El SEO manager es la persona que coordina la aparición de una web en los buscadores, para que aparezca lo más arriba posible. Por ejemplo, si tienes una web de neumáticos pero el 99% de la gente busca 'ruedas' en Google, tienes que entender cómo busca la gente para adaptar tu web a eso". Por ello, "es una combinación entre marketing, sociología y una parte técnica".
¿Qué debe tener un SEO manager?

Tiene que ser una persona muy proactiva y muy curiosa, porque la evolución de los buscadores se produce semana a semana. 

Pero además de estas actitudes personales, es necesario que el SEO tenga una formación adecuada en el tema. Un curso SEO online muy recomendable es el que imparte la Universidad Internacional de la Rioja UNIR.
Este máster ofrece los conocimientos y herramientas necesarias para formar a los alumnos en las profesiones digitales más demandadas y con mayor proyección profesional.
El Máster en Comunicación y Marketing Online está diseñado para que los alumnos puedan crear, gestionar y analizar campañas. Exprimiendo los canales online y sus diferentes estrategias.


¿Por qué te recomendamos este centro y no otros? Pues porque aquí  vas a participar en un proyecto educativo consolidado por la experiencia y podrás confrontar las teorías pedagógicas con nuestra larga tradición educativa, que es un referente por la calidad de su enseñanza . Además, vas a estudiar en una institución con una profunda vocación docente, en la que la tarea de educar es un arte, y con un profesorado altamente cualificado en este cometido.

Si estas interesado, puedes pedir mas información en UNIR.

martes, 10 de junio de 2014

Identifican «rastros» de la antigua Tierra, anterior a la Luna


La teoría predominante acerca del nacimiento de la Luna, corroborada de nuevo por un estudio hecho público la semana pasada, dice que nuestro satélite natural se formó hace unos 4.500 millones de años, cuando un cuerpo planetario del tamaño de Marte y que es conocido como «Theia» chocó violentamente contra la Tierra. De acuerdo con esta hipótesis, el calor generado por la colisión habría provocado que nuestro planeta entero se derritiera. Algunos de esos restos se enfriaron y salieron disparados para terminar formando nuestro satélite natural.

Sin embargo, un grupo de científicos de la Universidad de Harvard cree que esto no sucedió exactamente así. El equipo cree que solo una parte de la Tierra se derritió y que la otra parte, la antigua, todavía existe dentro del manto del planeta. Han llegado a esta conclusión tras haber encontrado lo que consideran la señal, proveniente de las profundidades, del material que la componía justo antes de ese terrible choque. Esto puede representar los «ecos» de la antigua Tierra, según han explicado en la Conferencia de Geoquímica de Goldschmidt que se celebra estos días en Sacramento, California (EE.UU.).

Energía para fundir el planeta

De acuerdo con el investigador principal, Sujoy Mukhopadhyay, «la energía liberada por el impacto entre la Tierra y Theia habría sido enorme, sin duda lo suficiente para fundir todo el planeta. Pero creemos que la energía del impacto no se distribuyó de manera uniforme a lo largo de la antigua Tierra. Esto significa que una gran parte del hemisferio afectado probablemente habría sido completamente vaporizado, pero el hemisferio opuesto habría quedado protegido en parte, y no habría sido objeto de una fusión completa».

Los científicos llegaron a esta conclusión tras analizar las proporciones de isótopos de gases nobles de las profundidades terrestres y compararlas con las más cercanas a la superficie. Resultó que eran significativamente diferentes. «Esto implica que el último impacto gigante no mezcló completamente el manto y no había todo un océano entero de magma», dice Mukhopadhyay.