viernes, 30 de abril de 2010

Una técnica permite que los portadores de HIV tengan hijos sanos

Aunque todavía se desconoce cuál es la cantidad mínima de virus en el semen que puede causar una infección, hoy es posible "lavar" el semen de un hombre seropositivo y extraer las partículas de HIV para evitar que sea transferido a su descendencia.

Los primeros estudios en la materia -descriptos en 1992 por el italiano Enrico Semprini- dieron cuenta que, a diferencia del semen, en los espermatozoides no es posible que se alojen partículas de HIV, ya que estos carecen de receptores. Es por eso que "la técnica consiste en separar los espermatozoides móviles del resto de los componentes presentes en el líquido seminal que no son necesarios para la fecundación", explicó Santiago Brugo Olmedo, especialista en reproducción y director de Seremas, Medicina para el Hombre y la Mujer.

El procedimiento es sencillo. "Por medio de un tratamiento especial de filtrado en gradientes de Percoll y lavado y centrifugado (swim-up), se separan los espermatozoides móviles de la población general de la muestra, además del plasma seminal y otros detritus", explicó Sabrina De Vincentiis, bióloga y directora del Laboratorio de Embriología de Seremas, Medicina para el Hombre y la Mujer.

Luego se procede a la criopreservación de la misma en al menos tres muestras, es decir en tres criotubos diferentes, de manera tal de enviar uno de ellos para el correspondiente estudio de detección de la presencia del ADN del virus.

Este procedimiento es recomendable "realizarlo en por lo menos tres muestras de semen y, en el caso de que la calidad de los espermatozoides sea muy baja pueden pedirse hasta cuatro muestras", agregó la especialista.

Una vez confirmado que cada una de las muestras congeladas dio negativo por medio de PCR, una técnica que amplifica un fragmento de ADN y permite detectar la presencia del virus, el restante congelado se podrá utilizar para las técnicas de reproducción indicadas por el especialista en medicina reproductiva.

En este sentido, la inseminación artificial es la técnica utilizada con mayor frecuencia, siempre dependiendo de "la cantidad, movilidad y morfología de los espermatozoides, ya que en ocasiones también se puede recurrir a un ICSI", concluyó Brugo Olmedo.

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