Investigadores españoles han descubierto que el comportamiento anómalo de un gen, el "ARF", determina el riesgo de padecer arteriosclerosis y otras enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio.
Los resultados de la investigación, llevada a cabo por científicos de la Red de Investigación Cardiovascular (RECAVA) -sociedad que pertenece al Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación-, han sido publicados en la revista estadounidense The Journal of The American College of Cardiology.
El principal avance es el hallazgo del gen "ARF", que determina en un 50 por ciento la posibilidad de padecer arteriosclerosis y otras enfermedades cardiovasculares, cuando hasta el momento la explicación de las causas se había centrado en factores ambientales.
Los experimentos analizaron las consecuencias de eliminar el gen "ARF" sobre el desarrollo de la arteriosclerosis en ratones modificados genéticamente y han demostrado que la disrupción de este gen acelera el desarrollo de la arteriosclerosis sin afectar a los niveles de lípidos en plasma.
Aunque el gen "ARF" no es el responsable de que se desencadene la arteriosclerosis, su comportamiento anómalo es un factor determinante en la evolución desfavorable o acelerada de la enfermedad, y abre un nuevo camino para desarrollar un tratamiento más eficaz en el futuro.
Los resultados de la investigación, llevada a cabo por científicos de la Red de Investigación Cardiovascular (RECAVA) -sociedad que pertenece al Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación-, han sido publicados en la revista estadounidense The Journal of The American College of Cardiology.
El principal avance es el hallazgo del gen "ARF", que determina en un 50 por ciento la posibilidad de padecer arteriosclerosis y otras enfermedades cardiovasculares, cuando hasta el momento la explicación de las causas se había centrado en factores ambientales.
Los experimentos analizaron las consecuencias de eliminar el gen "ARF" sobre el desarrollo de la arteriosclerosis en ratones modificados genéticamente y han demostrado que la disrupción de este gen acelera el desarrollo de la arteriosclerosis sin afectar a los niveles de lípidos en plasma.
Aunque el gen "ARF" no es el responsable de que se desencadene la arteriosclerosis, su comportamiento anómalo es un factor determinante en la evolución desfavorable o acelerada de la enfermedad, y abre un nuevo camino para desarrollar un tratamiento más eficaz en el futuro.
1 comentario:
Muy buena noticia, espero que este descubrimiento ayude a dar otro paso en la ayuda de cualquiera de nosotros en un futuro igualmente a los que la padecen.
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