Los neurólogos españoles Juan Fueyo y Candelaria Gómez-Manzano reconocen con optimismo que es ahora, después de 20 años, cuando se empieza a avanzar "a pasos agigantados" en el tratamientos de los tumores cerebrales. El matrimonio, que lleva 16 años trabajando en EE UU, desarrolla un estudio clínico en el MD Anderson de Houston (Texas) para atacar el cáncer con un virus manipulado genéticamente de forma que acabar sólo con las células cancerígenas. Estos días participan con otros investigadores en unas jornadas organizadas en San Sabestián por el CEIT, el Centro de Estudios e Investigaciones de Guipúzcoa, sobre el glioblastoma multiforme, uno de los tiumores cerebrales más agresivos.
Pregunta. ¿Qué tipo de tumor es el glioblastoma?
Respuesta. Es un tumor muy agresivo y el más frecuente en el cerebro. En niños es el primer tumor sólido después de las leucemias. Existe cirugía, radioterapia, quimioterapia, pero prácticamente el tumor reaparece y entonces la supervivencia es mínima. Hablamos de semanas. El pronóstico no ha mejorado mucho en los últimos años. La gran mejoría se debe a que los neurocirujanos han avanzado en las técnicas para extirparlo y eso permite alargar la vida del paciente hasta los 18 meses.
P. ¿Por qué son tan lentos los avances en los tratamientos de tumores cerebrales?
R. Los neurólogos siempre pensamos que somos los más listos y por eso nos dedicamos al cerebro. En cambio, somos los que menos hemos progresado a pesar de que no metastatiza y siempre está en el cerebro. Eso podría facilitar su tratamiento, pero no ha sido así.
P. ¿Qué se sabe ahora sobre los tumores cerebrales?
R. Vamos a compararlo con un partido de fútbol. Hasta ahora, no sabíamos cómo jugaba el partido el cáncer y ahora, con el análisis del genoma, empezamos a ver quién es el delantero centro, cuál es el gen que el cáncer utiliza para avanzar y cuáles son los defensas contra las terapias que les ponemos. Por primera vez, podemos pensar la alineación del tumor y ver cómo ganar el partido.
P. ¿Es importante el trabajo multidisciplinar para lograr resultados?
R. Ahora somos más jugadores. No sólo médicos, sino biólogos, informáticos, ingenieros trabajamos juntos para buscar tratamientos efectivos contra el cáncer. De hecho, vamos a colaborar con la Clínica de Navarra. Lo mismo que estamos haciendo allí lo van a hacer aquí. La diferencia entre EE UU y España es el dinero. Allá se invierte más en investigación, pero aquí hay muchas más ideas.
P. ¿Cómo es su estudio?
R. Inyectamos un virus dentro del tumor. Está genéticamente manipulado para diferenciar las células tumorales de las normales. Es un virus muy inteligente diseñado para acabar sólo con las células cancerígenas. Hay nueve pacientes en tratamiento. A dos de ellos les ha disminuido el tumor. Reciben dosis muy pequeñas, casi homeopáticas, y a pesar de eso vemos resultados. Imagine cuando podamos subir la dosis.
P. ¿Son optimistas?
R. Somos moderadamente optimistas. El mensaje para el paciente de un tumor cerebral es que se está avanzando por primera vez a pasos agigantados. En los últimos 10 años se han aprobado dos tratamientos, cuando en los 20 anteriores no había habido ninguno. Ahora es cuando empezamos a ver avances y la genética va a jugar un papel importante. En el genoma está la base para poder hacer tratamientos dirigidos contra el cáncer, de forma selectiva. Las terapias víricas deben combinarse con otros tratamientos y vamos a atacar el cáncer con anticuerpos y vacunas, lo que antes era impensable.
Pregunta. ¿Qué tipo de tumor es el glioblastoma?
Respuesta. Es un tumor muy agresivo y el más frecuente en el cerebro. En niños es el primer tumor sólido después de las leucemias. Existe cirugía, radioterapia, quimioterapia, pero prácticamente el tumor reaparece y entonces la supervivencia es mínima. Hablamos de semanas. El pronóstico no ha mejorado mucho en los últimos años. La gran mejoría se debe a que los neurocirujanos han avanzado en las técnicas para extirparlo y eso permite alargar la vida del paciente hasta los 18 meses.
P. ¿Por qué son tan lentos los avances en los tratamientos de tumores cerebrales?
R. Los neurólogos siempre pensamos que somos los más listos y por eso nos dedicamos al cerebro. En cambio, somos los que menos hemos progresado a pesar de que no metastatiza y siempre está en el cerebro. Eso podría facilitar su tratamiento, pero no ha sido así.
P. ¿Qué se sabe ahora sobre los tumores cerebrales?
R. Vamos a compararlo con un partido de fútbol. Hasta ahora, no sabíamos cómo jugaba el partido el cáncer y ahora, con el análisis del genoma, empezamos a ver quién es el delantero centro, cuál es el gen que el cáncer utiliza para avanzar y cuáles son los defensas contra las terapias que les ponemos. Por primera vez, podemos pensar la alineación del tumor y ver cómo ganar el partido.
P. ¿Es importante el trabajo multidisciplinar para lograr resultados?
R. Ahora somos más jugadores. No sólo médicos, sino biólogos, informáticos, ingenieros trabajamos juntos para buscar tratamientos efectivos contra el cáncer. De hecho, vamos a colaborar con la Clínica de Navarra. Lo mismo que estamos haciendo allí lo van a hacer aquí. La diferencia entre EE UU y España es el dinero. Allá se invierte más en investigación, pero aquí hay muchas más ideas.
P. ¿Cómo es su estudio?
R. Inyectamos un virus dentro del tumor. Está genéticamente manipulado para diferenciar las células tumorales de las normales. Es un virus muy inteligente diseñado para acabar sólo con las células cancerígenas. Hay nueve pacientes en tratamiento. A dos de ellos les ha disminuido el tumor. Reciben dosis muy pequeñas, casi homeopáticas, y a pesar de eso vemos resultados. Imagine cuando podamos subir la dosis.
P. ¿Son optimistas?
R. Somos moderadamente optimistas. El mensaje para el paciente de un tumor cerebral es que se está avanzando por primera vez a pasos agigantados. En los últimos 10 años se han aprobado dos tratamientos, cuando en los 20 anteriores no había habido ninguno. Ahora es cuando empezamos a ver avances y la genética va a jugar un papel importante. En el genoma está la base para poder hacer tratamientos dirigidos contra el cáncer, de forma selectiva. Las terapias víricas deben combinarse con otros tratamientos y vamos a atacar el cáncer con anticuerpos y vacunas, lo que antes era impensable.
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