Se trata del mayor cúmulo de galaxias jamás observado hasta la fecha. Se encuentra a una inmensa distancia, 7.000 millones de años luz, está formado por centenares de galaxias y se ha calculado que su masa total equivale a la de 800 billones de soles. El hallazgo, realizado por astrónomos del centro de astrofísica Harvard-Smithsonian, se publicará en el próximo número de Astropysical Journal.
Las galaxias individuales, marcadas con círculos, dentro del cúmulo
"Este cúmulo de galaxias ha ganado el título de los pesos pesados -asegura Mark Brodwin, el primer firmante del artículo-. Está entre los cúmulos más masivos jamás vistos a esa distancia". Catalogado como SPT-CL J0546-5345, el gigantesco entramado galáctico se encuentra en la dirección de la constelación de Pictor, en el hemisferio sur, y la increíble distancia a la que se encuentra (7.000 millones de años luz) significa que en la actualidad lo vemos tal y como era hace exactamente ese tiempo, cuando nuestro sol aún no había nacido y cuando todo el universo tenía la mitad de años que ahora.
Los investigadores se muestran realmente sorprendidos por las dimensiones de este monstruo espacial. Pero una cosa es segura: si incluso en aquél tiempo remoto el cúmulo, aún joven, era ya tan grande como los mayores conocidos, y teniendo en cuenta que estas estructuras tienden a crecer y a hacerse cada vez más masivas, SPT-CL J0546-5345 debería de haberse hecho ya por lo menos cuatro veces mayor de lo observado. Si pudiéramos verlo tal y como es hoy, sería sin duda uno de los mayores cúmulos galácticos de todo el universo.
En los albores del Universo
"El cúmulo -explica Brodwin- está lleno de galaxias viejas, lo que significa que se formó en una etapa muy temprana de la historia del universo, probablemente en sus primeros dos mil millones de años de existencia".
Los cúmulos de galaxias como éste pueden utilizarse para comprender cómo la materia y la energía oscuras influyen en el crecimiento de las estructuras que podemos observar en el espacio. En el pasado, en efecto, el universo era más pequeño y compacto que en la actualidad, por lo que la fuerza de la gravedad debía tener mucha más influencia de la que ejerce hoy. Unas condiciones que resultan muy favorables para el crecimiento de los cúmulos galácticos, especialmente en las áreas en las que, como es el caso, se da una mayor densidad de materia.
Esta clase de agrupaciones gigantescas no pueden producirse, según los investigadores, en el universo actual. La razón es que, al haberse ido expandiendo el universo, su "contenido", que en el pasado era más compacto, se ha ido difuminando. Por lo tanto, en el presente, la energía oscura, que al parecer acelera la expansión, ha podido sobreponerse a la gravedad, que tiende a agrupar la materia, impidiendo la formación de esta clase de cúmulos gigantescos.
Medir el equilibrio entre estas dos fuerzas opuestas es, precisamente, el principal objetivo del South Polar Telescope (SPT). Algo que se consige buscando cúmulos galácticos masivos y muy lejanos. Una vez localizados, los cúmulos son estudiados con otro instrumento, la Cámara de Infrarrojos del telescopio espacial Spitzer, con el que se pueden localizar las galaxias individuales dentro del cúmulo (en los círculos rojos de la imagen).
Los investigadores se muestran realmente sorprendidos por las dimensiones de este monstruo espacial. Pero una cosa es segura: si incluso en aquél tiempo remoto el cúmulo, aún joven, era ya tan grande como los mayores conocidos, y teniendo en cuenta que estas estructuras tienden a crecer y a hacerse cada vez más masivas, SPT-CL J0546-5345 debería de haberse hecho ya por lo menos cuatro veces mayor de lo observado. Si pudiéramos verlo tal y como es hoy, sería sin duda uno de los mayores cúmulos galácticos de todo el universo.
En los albores del Universo
"El cúmulo -explica Brodwin- está lleno de galaxias viejas, lo que significa que se formó en una etapa muy temprana de la historia del universo, probablemente en sus primeros dos mil millones de años de existencia".
Los cúmulos de galaxias como éste pueden utilizarse para comprender cómo la materia y la energía oscuras influyen en el crecimiento de las estructuras que podemos observar en el espacio. En el pasado, en efecto, el universo era más pequeño y compacto que en la actualidad, por lo que la fuerza de la gravedad debía tener mucha más influencia de la que ejerce hoy. Unas condiciones que resultan muy favorables para el crecimiento de los cúmulos galácticos, especialmente en las áreas en las que, como es el caso, se da una mayor densidad de materia.
Esta clase de agrupaciones gigantescas no pueden producirse, según los investigadores, en el universo actual. La razón es que, al haberse ido expandiendo el universo, su "contenido", que en el pasado era más compacto, se ha ido difuminando. Por lo tanto, en el presente, la energía oscura, que al parecer acelera la expansión, ha podido sobreponerse a la gravedad, que tiende a agrupar la materia, impidiendo la formación de esta clase de cúmulos gigantescos.
Medir el equilibrio entre estas dos fuerzas opuestas es, precisamente, el principal objetivo del South Polar Telescope (SPT). Algo que se consige buscando cúmulos galácticos masivos y muy lejanos. Una vez localizados, los cúmulos son estudiados con otro instrumento, la Cámara de Infrarrojos del telescopio espacial Spitzer, con el que se pueden localizar las galaxias individuales dentro del cúmulo (en los círculos rojos de la imagen).
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