Durante la exploración de un nuevo ambiente, los ratones establecen 'nudos' de localización, lugares preferidos que visitan de forma esporádica y que marcan mediante la realización de giros y vueltas.
Una investigación de la Universidad McMaster en Hamilton (Canadá) proporciona evidencias de que la formación de estos lugares aumenta por el estrés y sugiere que los tortuosos movimientos mejoran la interpretación de la escena visual, mejoran la memoria del lugar y proporcionan al ratón múltiples perspectivas que convierte estas localizaciones en puntos de referencia de navegación espacial. Los resultados del trabajo se publican en la revista 'PLoS Computational Biology'.
Los expertos explican que aunque la noción de un 'lugar' y un 'itinerario' no sean tenidas en consideración en la vida diaria, cómo se crean estas ideas abstractas constituye un tema interesante para la investigación.
En su trabajo actual, los investigadores han utilizado herramientas informáticas avanzadas para mostrar cómo se forma uno de estos lugares, un 'nudo', y como lo utilizan los ratones. Los nudos, y otros lugares preferidos descubiertos antes, contribuyen al mejor conocimiento de cómo los animales crean mapas en el entorno y qué intentan conseguir.
Según señalan los autores, en un área vacía carente de indicios próximos, las entradas perceptivas ricas generadas por las vueltas y giros podrían mejorar la visión del ratón del entorno y aumentar de forma más general o incluso representar para el ratón la memoria y significación de este lugar al dotarlo de una señal perceptiva específica del lugar.
La exploración es un componente central de la conducta humana y animal que se ha estudiado en ratones durante casi un siglo. En el presente es uno de los principales modelos para el estudio de la interfaz entre conducta, genética, fármacos y cerebro.
Hasta hace poco, la exploración de los ratones de un campo abierto se ha considerado en gran medida aleatoria. En los últimos tiempos, esta conducta está siendo descifrada de forma gradual, revelando los lugares de referencia establecidos y utilizados por los animales para la navegación. La representación de cómo se estructura la conducta dentro y alrededor de estos nudos en los animales normales puede más tarde utilizarse para estudiar cómo este comportamiento se ve afectado por manipulaciones farmacológicas y genéticas.
Una investigación de la Universidad McMaster en Hamilton (Canadá) proporciona evidencias de que la formación de estos lugares aumenta por el estrés y sugiere que los tortuosos movimientos mejoran la interpretación de la escena visual, mejoran la memoria del lugar y proporcionan al ratón múltiples perspectivas que convierte estas localizaciones en puntos de referencia de navegación espacial. Los resultados del trabajo se publican en la revista 'PLoS Computational Biology'.
Los expertos explican que aunque la noción de un 'lugar' y un 'itinerario' no sean tenidas en consideración en la vida diaria, cómo se crean estas ideas abstractas constituye un tema interesante para la investigación.
En su trabajo actual, los investigadores han utilizado herramientas informáticas avanzadas para mostrar cómo se forma uno de estos lugares, un 'nudo', y como lo utilizan los ratones. Los nudos, y otros lugares preferidos descubiertos antes, contribuyen al mejor conocimiento de cómo los animales crean mapas en el entorno y qué intentan conseguir.
Según señalan los autores, en un área vacía carente de indicios próximos, las entradas perceptivas ricas generadas por las vueltas y giros podrían mejorar la visión del ratón del entorno y aumentar de forma más general o incluso representar para el ratón la memoria y significación de este lugar al dotarlo de una señal perceptiva específica del lugar.
La exploración es un componente central de la conducta humana y animal que se ha estudiado en ratones durante casi un siglo. En el presente es uno de los principales modelos para el estudio de la interfaz entre conducta, genética, fármacos y cerebro.
Hasta hace poco, la exploración de los ratones de un campo abierto se ha considerado en gran medida aleatoria. En los últimos tiempos, esta conducta está siendo descifrada de forma gradual, revelando los lugares de referencia establecidos y utilizados por los animales para la navegación. La representación de cómo se estructura la conducta dentro y alrededor de estos nudos en los animales normales puede más tarde utilizarse para estudiar cómo este comportamiento se ve afectado por manipulaciones farmacológicas y genéticas.
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