Los asteroides pueden pensárselo dos veces antes de pasar demasiado cerca de la Tierra. Un nuevo estudio ha encontrado que la gravedad de nuestro planeta puede causar movimientos sísmicos, o asteromotos, si las rocas pasan demasiado cerca.
Este proceso podría explicar por qué muchas rocas espaciales que orbitan la Tierra parece prístinas, como si estuviesen cubiertas por una superficie nueva y limpia, dicen los investigadores.
Normalmente, los asteroides están curtidos, sus capas superiores de roca aparecen sucias y enrojecidas por el impacto de partículas cargadas procedentes del Sol durante casi 4000 millones de años, o más, de vagar por el Sistema Solar.
“Cualquier parte de la superficie que esté mirando al Sol se ve impactada por el viento solar, el cual daña los granos minerales y los vuelve rojos”, dijo el investigador principal del estudio Richard Binzel del MIT. “Una analogía es una quemadura por el Sol”.
Al igual que una quemadura del Sol en tu piel, el enrojecimiento de un asteroide es sólo a nivel de la piel con material nuevo justo por debajo la superficie bañada por el Sol de la roca espacial, añade.
Pero cuando los asteroides se aproximan a la Tierra, la gravedad de nuestro planeta puede inducir pequeños terremotos que sacuden la roca espacial, provocando que los curtidos guijarros de la superficie caigan, revelando las zonas internas más limpias. Los asteroides se cree que son más similares a una pila de escombros ligeramente agrupados que sólidos trozos de roca, lo cual significa que incluso un ligero temblor podría desplazar la superficie del material.
“Todas las partículas que se enrojecieron caerán y tendrás el nuevo material fresco ahora encarando el Sol”, dijo Binzel a SPACE.com. “Por lo que va a cambiar el color del asteroide de rojo a gris brillante”.
La idea se ha sugerido antes, pero ahora Binzel y sus colegas han encontrado por fin pruebas observacionales de que está pasando.
Los investigadores observaron 95 asteroides en la vecindad de nuestro planeta, conocidos como Asteroides Cercanos a la Tierra (NEAs). Usaron un proceso conocido como espectroscopía para determinar sus colores, para ver si estaban curtidos o nuevos, y combinaron estos datos con medidas de las historias orbitales de los NEAs.
De los 20 asteroides nuevos de apariencia prístina en su muestra, todos habían pasado cerca de la Tierra – a una distancia menor de la que hay entre la Tierra y la Luna – en los últimos 500 000 años.
“Por lo que suma dos y dos y tendrás que los asteroides que pasan muy cerca de la Tierra tienen unas superficies nuevas muy poco dañadas, y por tanto algo al pasar cerca debe hacer regenerado su superficie”, dijo Binzel. “La explicación más simple es que los cuerpos sufren sacudidas conforme se acercan”.
Los científicos detallan sus resultados en el ejemplar del 21 de enero de la revista Nature.
El científico Clark Chapman del Instituto de Investigación del Suroeste en Boulder, Colorado, que no estuvo implicado en la investigación, dijo que este hallazgo es “una prueba observacional” de que los asteroides se ven transformados por el tirón gravitatorio de la Tierra.
“La correlación entre los colores de los NEA y los pasos cercanos a la Tierra es excelente”, escribe Chapman en un ensayo que acompaña al artículo en el mismo ejemplar de Nature.
Los hallazgos podrían no sólo ayudar a comprender los colores de los asteroides, sino también cómo se forman. Los investigadores planean usar su idea para predecir lo que sucederá cuando el asteroide Apophis pase cerca de la Tierra en 2029.
Debería “sacudirse, vibrar y retumbar conforme pasa”, dijo Binzel. “Si podemos colocar algunos instrumentos en órbita o en su superficie, escuchar y decodificar estos crujidos y gemidos nos dirá cómo se forman los asteroides potencialmente peligrosos como Apophis”.
Este proceso podría explicar por qué muchas rocas espaciales que orbitan la Tierra parece prístinas, como si estuviesen cubiertas por una superficie nueva y limpia, dicen los investigadores.
Normalmente, los asteroides están curtidos, sus capas superiores de roca aparecen sucias y enrojecidas por el impacto de partículas cargadas procedentes del Sol durante casi 4000 millones de años, o más, de vagar por el Sistema Solar.
“Cualquier parte de la superficie que esté mirando al Sol se ve impactada por el viento solar, el cual daña los granos minerales y los vuelve rojos”, dijo el investigador principal del estudio Richard Binzel del MIT. “Una analogía es una quemadura por el Sol”.
Al igual que una quemadura del Sol en tu piel, el enrojecimiento de un asteroide es sólo a nivel de la piel con material nuevo justo por debajo la superficie bañada por el Sol de la roca espacial, añade.
Pero cuando los asteroides se aproximan a la Tierra, la gravedad de nuestro planeta puede inducir pequeños terremotos que sacuden la roca espacial, provocando que los curtidos guijarros de la superficie caigan, revelando las zonas internas más limpias. Los asteroides se cree que son más similares a una pila de escombros ligeramente agrupados que sólidos trozos de roca, lo cual significa que incluso un ligero temblor podría desplazar la superficie del material.
“Todas las partículas que se enrojecieron caerán y tendrás el nuevo material fresco ahora encarando el Sol”, dijo Binzel a SPACE.com. “Por lo que va a cambiar el color del asteroide de rojo a gris brillante”.
La idea se ha sugerido antes, pero ahora Binzel y sus colegas han encontrado por fin pruebas observacionales de que está pasando.
Los investigadores observaron 95 asteroides en la vecindad de nuestro planeta, conocidos como Asteroides Cercanos a la Tierra (NEAs). Usaron un proceso conocido como espectroscopía para determinar sus colores, para ver si estaban curtidos o nuevos, y combinaron estos datos con medidas de las historias orbitales de los NEAs.
De los 20 asteroides nuevos de apariencia prístina en su muestra, todos habían pasado cerca de la Tierra – a una distancia menor de la que hay entre la Tierra y la Luna – en los últimos 500 000 años.
“Por lo que suma dos y dos y tendrás que los asteroides que pasan muy cerca de la Tierra tienen unas superficies nuevas muy poco dañadas, y por tanto algo al pasar cerca debe hacer regenerado su superficie”, dijo Binzel. “La explicación más simple es que los cuerpos sufren sacudidas conforme se acercan”.
Los científicos detallan sus resultados en el ejemplar del 21 de enero de la revista Nature.
El científico Clark Chapman del Instituto de Investigación del Suroeste en Boulder, Colorado, que no estuvo implicado en la investigación, dijo que este hallazgo es “una prueba observacional” de que los asteroides se ven transformados por el tirón gravitatorio de la Tierra.
“La correlación entre los colores de los NEA y los pasos cercanos a la Tierra es excelente”, escribe Chapman en un ensayo que acompaña al artículo en el mismo ejemplar de Nature.
Los hallazgos podrían no sólo ayudar a comprender los colores de los asteroides, sino también cómo se forman. Los investigadores planean usar su idea para predecir lo que sucederá cuando el asteroide Apophis pase cerca de la Tierra en 2029.
Debería “sacudirse, vibrar y retumbar conforme pasa”, dijo Binzel. “Si podemos colocar algunos instrumentos en órbita o en su superficie, escuchar y decodificar estos crujidos y gemidos nos dirá cómo se forman los asteroides potencialmente peligrosos como Apophis”.
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