Imagina una rueda que pudiera cambiar su forma para adaptarse a las condiciones de la carretera. Los beneficios serían numerosos: desde reducir el tiempo del trayecto a mejorar la eficiencia en el consumo de combustible. Los agricultores podrían olvidarse de los problemas del suelo compactado, causado por los neumáticos convencionales, responsables de una pérdida del 20% de la producción. Las carreteras intransitables por inundaciones, barro, socavones o arena, podrían ser salvadas por unas ruedas que pudieran ajustar su ancho y alto a voluntad.
La rueda, bautizada ‘Pumplon’ por su parecido a una calabaza (pumpkin) o a un melón, según sea la forma adoptada, es el engendro de un profesor brasileño de diseño industrial, Osmar Vicente Rodríguez. Según A Tribuna, la inspiración le vino al tratar de resolver los problemas que tenían los transportes públicos y los agricultores en zonas rurales, causados por carreteras en mal estado que se inundaban en el período de lluvias.
¿Cómo funciona? El secreto está en un eje de acero que se expande o retrae mediante un mecanismo rotatorio, neumático o hidráulico, que ajusta las llantas produciendo una deformación del neumático que se hace más ancho (y bajo) o más estrecho (y alto). Para firmes mojados, funciona bien una configuración de rueda alta y estrecha que incrementa la presión para un mayor contacto con el suelo; para barro, una rueda más ancha es mejor. En carreteras con tramos dificultosos, las ruedas pueden convertir un vehículo convencional en uno anfibio. Por supuesto, las ruedas pueden ajustarse de forma independiente, lo que viene bien en casos de emergencia, como quedarse bloqueado en el barro o la arena.
El material con el que se fabricarán ha sido sometido a una atención especial. Según Rodríguez, “inicialmente eran de acero, pero ahora lo hemos reemplazado por un material termoplástico, fácil de producir, ligero, barato y reciclable. La cubierta es de goma vulcanizada, similar a la de los neumáticos convencionales, pero mucho más flexible para permitir las deformaciones.”
De acuerdo con la descripción de la patente:
“Esta rueda puede cambiar su forma y dimensiones según el tipo y condiciones del suelo. Es la primera y única en el mundo con estas características. Potencialmente podría ahorrar hasta el 30% del combustible, comparándolo con los neumáticos convencionales, y al mismo tiempo, es respetuoso con el ambiente, al reducir la duración de los trayectos y evitar la compactación de las tierras de cultivo.”
Rodríguez diseñó la rueda para su proyecto de doctorado en el Royal College of Art en Londres, uno de los centros punteros en diseño industrial del mundo. El Pumplon todavía está en fase de desarrollo. El primer prototipo será presentado el próximo año. Según su inventor ya hay varias empresas interesadas en producir esta nueva rueda.
La rueda, bautizada ‘Pumplon’ por su parecido a una calabaza (pumpkin) o a un melón, según sea la forma adoptada, es el engendro de un profesor brasileño de diseño industrial, Osmar Vicente Rodríguez. Según A Tribuna, la inspiración le vino al tratar de resolver los problemas que tenían los transportes públicos y los agricultores en zonas rurales, causados por carreteras en mal estado que se inundaban en el período de lluvias.
¿Cómo funciona? El secreto está en un eje de acero que se expande o retrae mediante un mecanismo rotatorio, neumático o hidráulico, que ajusta las llantas produciendo una deformación del neumático que se hace más ancho (y bajo) o más estrecho (y alto). Para firmes mojados, funciona bien una configuración de rueda alta y estrecha que incrementa la presión para un mayor contacto con el suelo; para barro, una rueda más ancha es mejor. En carreteras con tramos dificultosos, las ruedas pueden convertir un vehículo convencional en uno anfibio. Por supuesto, las ruedas pueden ajustarse de forma independiente, lo que viene bien en casos de emergencia, como quedarse bloqueado en el barro o la arena.
El material con el que se fabricarán ha sido sometido a una atención especial. Según Rodríguez, “inicialmente eran de acero, pero ahora lo hemos reemplazado por un material termoplástico, fácil de producir, ligero, barato y reciclable. La cubierta es de goma vulcanizada, similar a la de los neumáticos convencionales, pero mucho más flexible para permitir las deformaciones.”
De acuerdo con la descripción de la patente:
“Esta rueda puede cambiar su forma y dimensiones según el tipo y condiciones del suelo. Es la primera y única en el mundo con estas características. Potencialmente podría ahorrar hasta el 30% del combustible, comparándolo con los neumáticos convencionales, y al mismo tiempo, es respetuoso con el ambiente, al reducir la duración de los trayectos y evitar la compactación de las tierras de cultivo.”
Rodríguez diseñó la rueda para su proyecto de doctorado en el Royal College of Art en Londres, uno de los centros punteros en diseño industrial del mundo. El Pumplon todavía está en fase de desarrollo. El primer prototipo será presentado el próximo año. Según su inventor ya hay varias empresas interesadas en producir esta nueva rueda.
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