lunes, 6 de septiembre de 2010

Un tipo específico de neuronas decide la respuesta al miedo

Científicos de Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL, por sus siglas en inglés), en Monterotondo (Italia), y de la farmacéutica GlaxoSmithKline en Verona (Italia), han identificado en ratones no sólo la parte del cerebro, sino el tipo específico de neuronas que determinan cómo será la reacción de estos animales ante un estímulo que les provoque miedo. Este estudio, publicado este miércoles en 'Neuron', demuestra que decidir si moverse o no al sentir terror es una tarea más compleja de lo esperado. Para realizar este trabajo, los investigadores utilizaron una innovadora técnica fármaco-genética para controlar la actividad de células específicas del cerebro --las células tipo I, situadas en la región cerebral de la amigdala y responsables de la respuesta al miedo-- de ratones genéticamente manipulados para que sólo estas células tuvieran un receptor químico para un fármaco específico, la atropina.

Cuando los autores del estudio inyectaban a los ratones ese fármaco, la sustancia actuaba sobre el mencionado receptor, bloqueando la actividad eléctrica de estas células, lo que permitía a los investigadores descubrir cómo estas células estaban implicadas en el control del miedo.

Para medir esta sensación en el grupo de ratones, los científicos les entrenaron para asociar un sonido a un desagradable 'shock'. Así, cuando los ratones escuchaban ese determinado sonido, ellos se paralizaban de terror.

Según el investigador Cornelius Gross, líder de este estudio en el EMBL, "cuando inhibieron estas neuronas, no fue sorprendente ver que los ratones dejaron de paralizarse, porque eso era lo que se esperaba que hiciera la amigdala. Sin embargo, fue sorprendente que los animales hicieran un montón de otras actividades distintas en su lugar, como levantarse sobre dos patas o adoptar otras conductas para valorar el riesgo".

"Parecía que no estuviéramos bloqueando el miedo, sólo cambiando la respuesta de los animales de una actitud pasiva a una estrategia activa. Esta reacción de la amigdala no es para nada la que se esperaba", insiste.

Para averiguar qué otras partes del cerebro están implicadas en estas respuestas, los científicos usaron una técnica de escáner cerebral por resonancia magnética desarrollada para su uso en ratones por el equipo de Angelo Bifone, de la farmacéutica GSK.

Descubrieron que el paso de una actitud pasiva a otra activa ante el miedo iba acompañado por la activación de extensas partes del cortex y que bloquear esta activación con atropina podía hacer que reapareciese la conducta pasiva ante el terror en estos animales.

Esta circunstancia da a los científicos interesados en los circuitos del miedo algo nuevo en lo que pensar, ya que se creía que la amigdala controlaba el miedo a través del tronco encefálico y no del cortex.

Los humanos también muestran conductas de parálisis o actitudes de evaluación del riesgo en respuesta al miedo. Entender cómo pasar de una actitud pasiva a una activa podría ser beneficioso para que las personas puedan adaptarse al estrés y a la impredecible vida moderna, indicaron estos científicos.

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