Según ha explicado el Dr. Miquel Serra-Ricart, astrofísico del IAC (Instituto de Astrofísica de Canarias) y administrador del Observatorio del Teide: "La trayectoria de los asteroides es más fácil de predecir, ya que se trata de objetos más o menos simétricos y de los que se conoce su órbita. En cambio, los satélites que caen a la Tierra son artefactos asimétricos y descontrolados", comenta el doctor. "Estos satélites -añade- son de los años 80 y 90 y caen sin combustible. Con los nuevos satélites será diferente ya que las normativas consensuadas por las agencias espaciales obligarán a incluir una reserva extra de combustible que permitirá controlar su reentrada en la Tierra una vez que los aparatos finalicen su vida útil".
En la actualidad, Estados Unidos ya aplica estas normas de seguridad para controlar los futuros descensos de los nuevos satélites. El problema es que las medidas aún son voluntarias y hay muchos países que no las ponen en práctica.
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