Los mosquitos heredan la resistencia al repelente más común usado para defendernos de sus picaduras, el insecticida DEET (N,N-dietilmetatoluamida), según revela un estudio de científicos británicos y suecos publicado hoy en la revista PNAS. Además, esta resistencia se transmite a gran velocidad de generación en generación en los mosquitos Aedes aegypti, ya que depende de un único gen dominante, por lo que basta heredarlo de un progenitor para que el insecto sea inmune al repelente.
A esto hay que añadir que los investigadores han encontrado el mecanismo sensorial que genera la insensibilidad al DEET, una única neurona situada en la antena del mosquito que responde al repelente de distinta forma según la dosis. “Lo que queda por averiguar es una relación entre los efectos sobre la antena y la insensibilidad al DEET”, asegura Leslie Vosshall, de la Universidad de Nueva York.
Aedes aegypti es una especie de mosquito de origen africano, pero ampliamente extendido en la actualidad por el continente americano, que transmite la fiebre amarilla y el dengue.
A esto hay que añadir que los investigadores han encontrado el mecanismo sensorial que genera la insensibilidad al DEET, una única neurona situada en la antena del mosquito que responde al repelente de distinta forma según la dosis. “Lo que queda por averiguar es una relación entre los efectos sobre la antena y la insensibilidad al DEET”, asegura Leslie Vosshall, de la Universidad de Nueva York.
Aedes aegypti es una especie de mosquito de origen africano, pero ampliamente extendido en la actualidad por el continente americano, que transmite la fiebre amarilla y el dengue.
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