Cae el agua. Una mujer rubia se ducha. Los espectadores siguen sus movimientos en blanco y negro. Alguien parece estar del otro lado de la cortina, el suspenso comienza y la banda sonora es cada vez más fuerte. Al otro lado de la pantalla, el miedo empieza a crecer: se empuñan las manos, aumentan las palpitaciones y los más temerosos se tapan la cara aunque entreabren sus dedos para no perderse la escena que sigue: un cuchillo y la mujer aterrorizada que es asesinada. Mientras el miedo dura, las personas se aferran a quien esté al lado y cuando todo pasa, vuelven a relajarse, hasta la próxima escena de espanto. ¿Por qué disfrutamos tanto ver a Freddy Krueguer con sus dedos filosos y cara deformada?
Los ciencia está acercándose a una respuesta: la zona del cerebro que se activa cuando vemos una película de terror es la misma que se asocia con el placer. En otras palabras, cuando miramos estas escenas, obtenemos una gratificación real.
Y se trata de miedo real. Investigadores de la Universidad de California y de Florida derribaron el mito de que cuando una persona ve películas de terror, lo que siente no es terror de verdad sino sólo excitación. "Los espectadores se sienten felices al estar infelices y pueden experimentar sentimientos tanto negativos como positivos simultáneamente", dicen.
Los estímulos aterrantes ingresan a nuestro cerebro a través de los sentidos y son captados por la amígdala, área cerebral encargada de procesar las emociones primarias. Es la responsable de alertarnos cuando corremos peligro y así desencadenar la respuesta de huir, por ejemplo.
Sin embargo, lo que también se comprobó es que, frente a una película de terror, la información también llega hasta la corteza prefrontal, encargada de procesar los pensamientos más sofisticados. Esta realiza una evaluación del peligro y concluye que no nos encontramos ante una situación real. Que sólo es una película. Es el sentimiento de miedo y salir ileso, lo que nos produce satisfacción.
Los ciencia está acercándose a una respuesta: la zona del cerebro que se activa cuando vemos una película de terror es la misma que se asocia con el placer. En otras palabras, cuando miramos estas escenas, obtenemos una gratificación real.
Y se trata de miedo real. Investigadores de la Universidad de California y de Florida derribaron el mito de que cuando una persona ve películas de terror, lo que siente no es terror de verdad sino sólo excitación. "Los espectadores se sienten felices al estar infelices y pueden experimentar sentimientos tanto negativos como positivos simultáneamente", dicen.
Los estímulos aterrantes ingresan a nuestro cerebro a través de los sentidos y son captados por la amígdala, área cerebral encargada de procesar las emociones primarias. Es la responsable de alertarnos cuando corremos peligro y así desencadenar la respuesta de huir, por ejemplo.
Sin embargo, lo que también se comprobó es que, frente a una película de terror, la información también llega hasta la corteza prefrontal, encargada de procesar los pensamientos más sofisticados. Esta realiza una evaluación del peligro y concluye que no nos encontramos ante una situación real. Que sólo es una película. Es el sentimiento de miedo y salir ileso, lo que nos produce satisfacción.
2 comentarios:
Creo que la clave es tu última frase:
"Es el sentimiento de miedo y salir ileso, lo que nos produce satisfacción".
Tiene lógica, ¿no? XD
¿Es decir que quien no le gusten las Películas de Terror no siente tanta satisfacción de las cosas?
Publicar un comentario