En mitad del Océano Pacífico existe un área denominada el “Vórtex Plástico” en la que, debido a las corrientes, se acumulan más de 5 millones de toneladas de basura procedente de Asia, Canadá y Estados Unidos. La superficie de esta tremenda isla de basura, descubierta en 1997 por Charles Moore, equivale, de momento, a cuatro veces el tamaño de Japón.
Durante este mes de junio, un grupo de amantes del océano, marineros y científicos de distintos rincones del mundo visitarán la zona en una expedición pionera, enmarcada dentro del proyecto Kaisei y destinada investigar la posibilidad de limpiar la mancha. Su objetivo no va a ser sencillo, ya que los desechos plásticos de mediano tamaño (botellas, bolsas, etc.) están mezclados con diminutas partículas de este mismo material que resultan prácticamente invisibles y convierten el océano en una especie de sopa venenosa, que intoxica a peces y aves marinas y que, en última instancia, puede alcanzar al ser humano a través de la cadena alimenticia.
En esta primera aproximación al problema, el grupo de expedicionarios se propone recoger sólo 40 toneladas de basura que intentarán convertir en combustible. Además, tratarán de medir la extensión y profundidad de la basura. Si tienen éxito, una expedición de mayor envergadura partirá en el 2010 hacia otras áreas del océano para investigar la acumulación de basura.
Durante este mes de junio, un grupo de amantes del océano, marineros y científicos de distintos rincones del mundo visitarán la zona en una expedición pionera, enmarcada dentro del proyecto Kaisei y destinada investigar la posibilidad de limpiar la mancha. Su objetivo no va a ser sencillo, ya que los desechos plásticos de mediano tamaño (botellas, bolsas, etc.) están mezclados con diminutas partículas de este mismo material que resultan prácticamente invisibles y convierten el océano en una especie de sopa venenosa, que intoxica a peces y aves marinas y que, en última instancia, puede alcanzar al ser humano a través de la cadena alimenticia.
En esta primera aproximación al problema, el grupo de expedicionarios se propone recoger sólo 40 toneladas de basura que intentarán convertir en combustible. Además, tratarán de medir la extensión y profundidad de la basura. Si tienen éxito, una expedición de mayor envergadura partirá en el 2010 hacia otras áreas del océano para investigar la acumulación de basura.
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