En el Rift de África Oriental, en un lugar de Tanzania conocido por la población local Masai como la Montaña de Dios, el volcán Oldoinyo Lengai vomita lavas cargadas de dióxido de carbono, llamadas carbonatitas. Estas lavas cubren las laderas del volcán. Actualmente el Oldoinyo Lengai es el único lugar en la Tierra donde las carbonatitas son expulsadas en erupciones volcánicas y donde el dióxido de carbono de un volcán no se disipa en el aire como un gas. Un equipo de científicos presenta ahora los resultados de un estudio sobre las muestras de emisiones de gases volcánicos del Oldoinyo Lengai, obtenidas durante una erupción de lava de carbonatita. La investigación ha desvelado el origen de uno de los magmas más peculiares de la Tierra. Estos científicos han encontrado que, sobre la base de los nuevos análisis químicos de las emisiones gaseosas del Oldoinyo Lengai, una cantidad muy pequeña de fusión del manto de la Tierra, comparable a la que se da en las cordilleras submarinas de la zona media de los océanos, puede producir carbonatitas. El equipo de Tobias Fischer, un vulcanólogo de la Universidad de Nuevo México, consiguió recolectar muestras prístinas de los gases volcánicos, gracias a que el Oldoinyo Lengai estaba en erupción en aquel momento y la presión del magma era tremenda, así que había una mínima contaminación del aire. El análisis de los gases revela que el dióxido de carbono viene directamente del manto superior, justo debajo del Rift de África Oriental. Estas muestras de gases del manto permiten a los científicos inferir el contenido de carbono del manto superior donde se producen las carbonatitas. La concentración es de aproximadamente 300 partes por millón, casi idéntica a la medida debajo de las cordilleras submarinas de la zona media de los océanos. Los magmas del Oldoinyo Lengai también contienen una cantidad inusualmente alta de sodio, de hasta un 35 por ciento. Es este contenido de sodio el que hace sólidas a las carbonatitas del volcán en la superficie, en vez de ser sometidas a la disipación gaseosa del CO2 antes citada. En todos los demás volcanes de la Tierra, el dióxido de carbono pasa a la atmósfera sin formar el magma de carbonatita rico en sodio del Oldoinyo Lengai. Los científicos concluyen que el manto superior debajo de los continentes y los océanos constituye un depósito uniforme y bien mezclado en el cual las proporciones y las abundancias del dióxido de carbono y otros gases como el nitrógeno, el argón y el helio, son esencialmente las mismas.
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