domingo, 1 de julio de 2012

Resuelto el enigma del vuelo de los insectos



Los científicos vienen preguntándose desde hace tiempo cómo es posible que los insectos, con sus pesados cuerpos y endebles alas, se desplacen por el aire. Estas pequeñas criaturas parecen desafiar los principios establecidos de la aerodinámica. Pues bien, unos investigadores de la Universidad de Cambridge (Inglaterra) descubrieron cómo realizan los insectos semejante proeza, en apariencia imposible.



Para estudiar su vuelo, ataron un hilo de algodón a una mariposa esfinge y la colocaron en un túnel aerodinámico. Bombearon humo no tóxico a lo largo del túnel y observaron el movimiento del humo cuando la mariposa batía las alas. A continuación, construyeron un modelo mecánico diez veces mayor que agitaba las alas cien veces más despacio, lo que les permitió examinar los efectos con facilidad.

Descubrieron que cuando el ala de la mariposa inicia el movimiento hacia abajo, se crea un vórtice o torbellino de aire en su base. La reducción de la presión del aire que resulta en la parte superior del ala eleva al insecto. Si el torbellino se desvaneciera, la mariposa perdería la fuerza ascendente y se precipitaría al suelo. Por el contrario, el remolino de aire se desplaza a lo largo del borde anterior del ala hasta llegar a la punta. La fuerza ascendente que se genera así con cada golpe de ala hacia abajo, equivalente a una vez y media el peso de la mariposa, permite al insecto volar sin dificultad.

Los ingenieros aeronáuticos ya sabían que en los aviones con alas en delta (llamados así porque la forma de sus alas recuerda la letra) se producen torbellinos en la punta de las alas, lo cual genera una fuerza ascendente. Pero ahora que han aprendido cómo los torbellinos elevan a los insectos que baten las alas, quieren estudiar la aplicación práctica de este fenómeno en la proyección de hélices y helicópteros.


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