Un estudio sobre los efectos de la nicotina publicado hoy en «Nature neuroscience» parece explicar por qué los parches de esa sustancia y demás tratamientos sustitutivos para dejar de fumar suelen provocar irritación y picor.
Un equipo de expertos dirigido por Karel Talavera, de la Katholieke Universiteit de Lovaina (Bélgica), comprobó que la nicotina, compuesto orgánico alcaloide hallado en la planta del tabaco, activa en el organismo un canal que se sabe que está relacionado con las reacciones inflamatorias.
Este canal iónico, que se halla en la piel y en el interior de la nariz y la boca, podría ser la fuente de la irritación que, como efecto secundario, suelen causar las terapias sustitutivas del tabaco.
Hasta ahora se pensaba que el picor y las erupciones cutáneas a que dan lugar los parches de nicotina y otros tratamientos se debían a la estimulación de receptores nicotínicos en los nervios que transmiten estímulos dolorosos desde la piel y el tejido que recubre la nariz y la boca.
Sin embargo, Talavera comprobó que, en ratones, la nicotina también activaba directamente el TRPA1, ese canal vinculado con la transmisión de información sobre sustancias irritantes y dolor inflamatorio.
Los autores constataron además que los ratones que carecían de TRPA1 no presentaban ninguna reacción de irritación ante la administración de nicotina por vía nasal.
Según los expertos, este hallazgo podría ayudar al desarrollo de tratamientos para dejar de fumar sin tantos efectos secundarios como los actuales.
Un equipo de expertos dirigido por Karel Talavera, de la Katholieke Universiteit de Lovaina (Bélgica), comprobó que la nicotina, compuesto orgánico alcaloide hallado en la planta del tabaco, activa en el organismo un canal que se sabe que está relacionado con las reacciones inflamatorias.
Este canal iónico, que se halla en la piel y en el interior de la nariz y la boca, podría ser la fuente de la irritación que, como efecto secundario, suelen causar las terapias sustitutivas del tabaco.
Hasta ahora se pensaba que el picor y las erupciones cutáneas a que dan lugar los parches de nicotina y otros tratamientos se debían a la estimulación de receptores nicotínicos en los nervios que transmiten estímulos dolorosos desde la piel y el tejido que recubre la nariz y la boca.
Sin embargo, Talavera comprobó que, en ratones, la nicotina también activaba directamente el TRPA1, ese canal vinculado con la transmisión de información sobre sustancias irritantes y dolor inflamatorio.
Los autores constataron además que los ratones que carecían de TRPA1 no presentaban ninguna reacción de irritación ante la administración de nicotina por vía nasal.
Según los expertos, este hallazgo podría ayudar al desarrollo de tratamientos para dejar de fumar sin tantos efectos secundarios como los actuales.
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