Los que hayan visto Dragon Ball seguro recuerdan cómo le crecían de vuelta los brazos a Piccolo cuando perdía uno. Pues bien, el siguiente desarrollo del Pentágono no es tan radical pero se parece un poquito. Con un par de células de cerdo, una cirugía y ejercicio diario, están haciendo que pacientes – soldados, para ser específicos – regeneren carne y músculo funcional.
El equipo de investigación está basado en la Universidad de Pittsburgh, y a pocos meses de hacer su primera prueba clínica, ya han operado a cuatro soldados y están ahora entrenando con grupos de cirujanos para perfeccionar la técnica. Si los avances siguen a este ritmo, la operación podría volverse estándar en dos años.
La investigación podría hacer que en los próximos años, miles de soldados y personas que hayan perdido músculos (por accidentes, cáncer, incendios, etc) puedan sobreponerse y no sufrir dolores crónicos de por vida y discapacidad. También significa que la amputación no será la única opción de tratamiento.
La investigación es financiada por el Armed Forces Institute of Regenerative Medicine (AFIRM) del Pentágono en Estados Unidos. El procedimiento es básicamente el siguiente: los cirujanos comienzan implantando una “matriz extracelular”, una especie de “pegamento de células”, cuyos componentes claves son proteínas de crecimiento de vejigas de cerdo. Esas proteínas hacen que las células madres del cuerpo humano se muevan hacia el área afectada e inicien un proceso de crecimiento de tejidos y reparación de heridas, algo que un músculo adulto no haría normalmente. Combinado con un programa intensivo de rehabilitación, para ejercitar al músculo nuevo, el cuerpo es capaz de restaurar no sólo el tejido muscular básico, sino que también los tendones y nervios necesarios para que éste funcione.
El primer paciente que se sometió a la prueba, un veterano que había perdido la mayor parte de su músculo tibial anterior, ya terminó sus seis meses de rehabilitación. “Está muy bien. Lo que habría sido una amputación, es ahora alguien que tiene un miembro que funciona mucho, mucho mejor de lo que lo hacía después de lastimarse”, afirmó el doctor Stephen Badylak, quien encabeza la investigación.
El instituto está reclutando soldados que hayan perdido al menos un 25% de la masa muscular en alguna área, para seguir probando la técnica. “De lo que hemos visto, funciona. Y hay una gran necesidad aquí. Así que por supuesto, estamos siendo tan agresivos como podemos en sacar esto adelante”, dice Badylak.
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