Kepler ha cumplido con la primera parte de su misión, demostrar que es capaz de encontrar un gemelo de la Tierra. Los datos aportados por este satélite que busca pequeños planetas habitables con su telescopio sirven a la NASA para confirmar el hallazgo de Kepler-10b, un planeta apenas un 40% mayor que el nuestro.
El objeto de esta misión consiste en localizar exoplanetas de dimensiones terráqueas gracias a un sofisticado fotómetro que es capaz de ver un planeta cuando cruza por delante de una estrella, tan sólo con detectar una leve disminución de la luz que irradia.
Este aparato ultrapreciso ha encontrado Kepler-10b en sólo ocho meses porque está muy cerca de su estrella y completa una órbita en torno a ella cada 20 horas, algo que ayuda enormemente a divisarlo. Más complicado será encontrar planetas que, como la Tierra, rodean su astro una vez cada 365 días.
Porque el planeta hallado por la NASA tiene dimensiones terráqueas, pero está lejos de ofrecer sus comodidades: está tan cerca de la estrella Kepler-10 que la temperatura diurna de su superficie sobrepasa fácilmente los mil grados centígrados.
"Es una bola derretida", resume Mercedes López-Morales, astrofísica de la Carnegie Institution de Washington. Esta investigadora del CSIC se atreve a aventurar que para finales de 2012 o principios de 2013 Kepler comenzará a encontrar planetas parecidos a la Tierra, razonablemente alejados del sol que los calienta. "Con datos de ocho meses ha mostrado que tiene la sensibilidad para detectar pequeños planetas. Cuando cuente con información recopilada durante tres años podrá empezar a detectar planetas con tránsitos mayores", asegura López-Morales.
El investigador del Institut de Ciències de L'Espai Ignasi Ribas se muestra optimista por este "buen preludio". "Aunque no hemos llegado aún, es un paso adelante bastante importante hacia el santo grial que estamos buscando, el gemelo de la Tierra", asegura Ribas. Según cree, están encontrando "los planetas fáciles, entre comillas", aquellos con órbitas pequeñas, pero el hallazgo de un planeta habitable "está todavía muy lejos". Entre otras cosas, porque aunque Kepler haga su trabajo divisándolo, la confirmación debería llegar con observaciones que tecnológicamente aún no se pueden realizar desde la Tierra.
Polémica francoamericana
La NASA asegura que el nuevo planeta es el más pequeño hallado más allá del Sistema Solar y también el primero que cuenta con pruebas "sólidas" de ser rocoso. Una afirmación que ha enfadado mucho a sus colegas galos de la Agencia Espacial Francesa, que lideraron el descubrimiento de Corot-7b. Hasta ahora se consideraba a este planeta hallado en febrero de 2009 como el primero compuesto de material terrestre, pero la NASA trata ahora de restarle valor a la consistencia de las pruebas que lo sustentan.
"El descubrimiento de Corot-7b es sólido, y Kepler-10b viene a reforzar la existencia de este tipo de planetas", asegura a Público la francesa AnnieBaglin, jefa de la misión Corot. "Están tratando de minimizar nuestro hallazgo aprovechándose de nuestro talante científico, que consiste únicamente en confirmar lo mejor posible cada descubrimiento. Las características de su estrella facilitan su detección, ¡pero eso no implica que Corot-7b no esté confirmado!", espeta Baglin.
El objeto de esta misión consiste en localizar exoplanetas de dimensiones terráqueas gracias a un sofisticado fotómetro que es capaz de ver un planeta cuando cruza por delante de una estrella, tan sólo con detectar una leve disminución de la luz que irradia.
Este aparato ultrapreciso ha encontrado Kepler-10b en sólo ocho meses porque está muy cerca de su estrella y completa una órbita en torno a ella cada 20 horas, algo que ayuda enormemente a divisarlo. Más complicado será encontrar planetas que, como la Tierra, rodean su astro una vez cada 365 días.
Porque el planeta hallado por la NASA tiene dimensiones terráqueas, pero está lejos de ofrecer sus comodidades: está tan cerca de la estrella Kepler-10 que la temperatura diurna de su superficie sobrepasa fácilmente los mil grados centígrados.
"Es una bola derretida", resume Mercedes López-Morales, astrofísica de la Carnegie Institution de Washington. Esta investigadora del CSIC se atreve a aventurar que para finales de 2012 o principios de 2013 Kepler comenzará a encontrar planetas parecidos a la Tierra, razonablemente alejados del sol que los calienta. "Con datos de ocho meses ha mostrado que tiene la sensibilidad para detectar pequeños planetas. Cuando cuente con información recopilada durante tres años podrá empezar a detectar planetas con tránsitos mayores", asegura López-Morales.
El investigador del Institut de Ciències de L'Espai Ignasi Ribas se muestra optimista por este "buen preludio". "Aunque no hemos llegado aún, es un paso adelante bastante importante hacia el santo grial que estamos buscando, el gemelo de la Tierra", asegura Ribas. Según cree, están encontrando "los planetas fáciles, entre comillas", aquellos con órbitas pequeñas, pero el hallazgo de un planeta habitable "está todavía muy lejos". Entre otras cosas, porque aunque Kepler haga su trabajo divisándolo, la confirmación debería llegar con observaciones que tecnológicamente aún no se pueden realizar desde la Tierra.
Polémica francoamericana
La NASA asegura que el nuevo planeta es el más pequeño hallado más allá del Sistema Solar y también el primero que cuenta con pruebas "sólidas" de ser rocoso. Una afirmación que ha enfadado mucho a sus colegas galos de la Agencia Espacial Francesa, que lideraron el descubrimiento de Corot-7b. Hasta ahora se consideraba a este planeta hallado en febrero de 2009 como el primero compuesto de material terrestre, pero la NASA trata ahora de restarle valor a la consistencia de las pruebas que lo sustentan.
"El descubrimiento de Corot-7b es sólido, y Kepler-10b viene a reforzar la existencia de este tipo de planetas", asegura a Público la francesa AnnieBaglin, jefa de la misión Corot. "Están tratando de minimizar nuestro hallazgo aprovechándose de nuestro talante científico, que consiste únicamente en confirmar lo mejor posible cada descubrimiento. Las características de su estrella facilitan su detección, ¡pero eso no implica que Corot-7b no esté confirmado!", espeta Baglin.
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