miércoles, 11 de mayo de 2011

Hubble: Descartada una teoría alternativa sobre la materia oscura

Astrónomos que usan el Telescopio Espacial Hubble han descartado una teoría alternativa sobre la naturaleza de la energía oscura después de volver a calcular la tasa de expansión del universo con una precisión sin precedentes.

El universo parece estar expandiéndose a un ritmo creciente. Algunos creen que es porque el universo está lleno de una energía oscura que funciona en el sentido contrario de la gravedad. Una alternativa a esta hipótesis es que una enorme burbuja de espacio vacío de unos ocho mil millones de años luz de diámetro rodea nuestro vecindario galáctico. Si vivimos cerca del centro de este vacío, las observaciones de galaxias que se apartan de las demás al acelerar la velocidad serían una ilusión.

Esta hipótesis ha sido invalidada porque los astrónomos han refinado su comprensión de la tasa de expansión del universo actual. Adam Riess, del Space Telescope Science Institute (STScI) y científico de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, dirigió la investigación. Las observaciones fueron realizadas por un equipo que trabaja para perfeccionar la exactitud de la constante de Hubble con una precisión que permite una mejor caracterización del comportamiento de la energía oscura. Las observaciones ayudaron a determinar una cifra para la tasa de expansión del universo actual a una incertidumbre de sólo el 3,3 por ciento.

La nueva medida reduce el margen de error de un 30 por ciento con respecto a la anterior mejor medición del Hubble en 2009. Los resultados de Riess aparecerán en la edición 01 de abril de The Astrophysical Journal.

Cada disminución de la incertidumbre de la tasa de expansión del universo ayuda a consolidar nuestra comprensión de los ingredientes cósmicos. Conocer el valor exacto de la tasa de expansión del universo restringe aún más la gama de la fuerza de la energía oscura y ayuda a los astrónomos a ajustar sus estimaciones de otras propiedades cósmicas.

"Estamos utilizando la nueva cámara en el Hubble como el radar de un policía para atrapar el exceso de velocidad del universo", dijo Reiss. "Se ve más como es la energía oscura que está presionando el pedal del acelerador."

La energía oscura es uno de los mayores misterios cosmológicos de la física moderna. Incluso Albert Einstein concibió una fuerza repulsiva, llamado la constante cosmológica, que lucha contra la gravedad y mantiene el universo estable. Abandonó la idea cuando el astrónomo Edwin Hubble descubrió en 1929 que el universo se está expandiendo. La evidencia observacional de la energía oscura no vino hasta 1998, cuando dos equipos de investigadores (uno dirigido por Riess) lo descubrió.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Datan el primer tsunami histórico en la Península Ibérica

El grupo de investigación Geomorfología Ambiental y Recursos Hídricos de la Universidad de Huelva (UHU) ha probado científicamente la existencia del primer 'tsunami' histórico registrado en la costa Atlántica, que habría tenido entre los años 218 y 210 antes de Cristo.

En una nota, Andalucía Innova explica que este hallazgo permitirá conocer mejor estos desastres naturales de origen marino y comprender la historia de las civilizaciones.

"Ahora podemos tratar de descifrar si los romanos ocuparon el suroeste peninsular a partir de su triunfo exclusivo en las guerras púnicas o por el debilitamiento de la civilización asentada y desaparecida a causa de fenómenos catastróficos como el de este tsunami", explica el investigador principal Joaquín Rodríguez Vidal, que añade que hay señales geológicas (sedimentos) de características similares a las de los tsunamis reconocidas en Doñana, que han podido ser datadas.

Los científicos han llegado a esta conclusión a partir del estudio de los sedimentos del Parque Nacional de Doñana, uno de los lugares donde se observaron evidencias morfológicas y sedimentarias no acordes con la evolución normal de una costa y que ha sido objeto de la investigación de tres tesis doctorales.

El método de trabajo se ha centrado primero en la reconstrucción del paisaje costero onubense a partir de fotografías aéreas, suministradas por el Instituto Andaluz de Cartografía de la Junta de Andalucía, y otras fotografías realizadas por los satélites de observación de la tierra Landsat y Spot, suministradas por el Instituto Geográfico Nacional. Con estos datos "vimos cómo se posicionan las barreras de la costa, sus avances y retrocesos", explica el investigador.

El siguiente paso fue contrastar los datos obtenidos a pie de campo. Para ello, los científicos extrajeron sedimentos (arenas y conchas, principalmente) de las diferentes barreras litorales de Doñana (marismas y lagunas) y estudiaron la composición de las arenas, las turbas (restos de vegetación rica en carbono) y las conchas (residuos llegados a la costa onubense a raíz del tsunami portugués de 1755).

Con toda esta información los científicos advirtieron en los sedimentos onubenses "características similares a las de los tsunamis", aclara Joaquín Rodríguez, tras su comparación con los sedimentos estudiados hoy a raíz de los tsunamis registrados como el de Indonesia (2004). Estos geólogos se han apoyado también en los estudios realizados entorno al tsunami que tuvo lugar en Lisboa en 1755, "un desastre que señaló el nacimiento de la sismología moderna por ser uno de los primeros en estudiarse".

"Ahora continuamos estudiando el fenómeno para tratar de determinar la capacidad de recurrencia (repetición) futura de los tsunamis en la costa Atlántica del Golfo de Cádiz, pues esta es una de las zonas más propicias a sufrir terremotos submarinos y que podría tener efectos en la costa onubense, portuguesa y marroquí", añade Rodríguez.

Por ello, una de las líneas de trabajo principal del equipo de estudiosos es "averiguar nuevos datos acerca de estos desastres naturales a partir del análisis de la recurrencia pasada, con la dificultad de que hasta ahora sólo teníamos la evidencia histórica del tsunami de Portugal de 1755", matiza el investigador.

Este grupo de investigación está centrado en estudiar procesos de dinámica externa de la Tierra en conflicto con el ser humano desde la perspectiva reciente y su relación con la ocupación humana del territorio, es decir, la acción de tormentas, tsunamis y cualquier otro tipo de desastre natural.